En anteriores entradas he pretendido mostrar lo que a mi entender eran buenas estrategias de marketing. Hoy, sin embargo, me gustaría mostrar el ejemplo de una estrategia que, si lo que pretendía era desprestigiar a su marca, lo ha conseguido.
Esta semana la reconocida y prestigiosa marca Loewe publicaba un video promocional rindiendo tributo a la colección Loewe Oro. Para ello contaron con la colaboración de un grupo de jóvenes, algunos de ellos hijos de actores, artistas...
Desde el momento de su publicación las críticas no le han dejado de llover a la firma, sobre todo por el inminente cambio de imagen de marca. Ante lo cual yo me pregunto; ¿qué necesidad tiene una marca como Loewe de hacer un video tan ridículo como este? Así mismo, no creo que estos jóvenes puedan representar a los clientes potenciales de la marca, ni tampoco que le hayan hecho ningún favor a esta, puesto que la marca siempre ha destacado por su elegancia y una clientela más bien selecta a la vez que clásica.
Desde el momento de su publicación las críticas no le han dejado de llover a la firma, sobre todo por el inminente cambio de imagen de marca. Ante lo cual yo me pregunto; ¿qué necesidad tiene una marca como Loewe de hacer un video tan ridículo como este? Así mismo, no creo que estos jóvenes puedan representar a los clientes potenciales de la marca, ni tampoco que le hayan hecho ningún favor a esta, puesto que la marca siempre ha destacado por su elegancia y una clientela más bien selecta a la vez que clásica.
Las críticas también apuntaron a una estrategia de marketing viral, lo cual resulta aún más estúpido que el propio video. Una marca con el prestigio y renombre de Loewe no necesita este tipo de escándalos, por lo que quizás lo más conveniente sería que admitieran su equivocación.
¿Da igual que hablen mal mientras se siga hablando de la marca? Sinceramente, por lo menos en este caso, no lo creo...
Las palabras sobran, el contenido del video lo dice todo.
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