martes, 17 de abril de 2012

Esencia de BALENCIAGA

Con motivo del 40 aniversario del fallecimiento de Cristobal Balenciaga, el Museo Galliera de Paris ha organizado, con la colaboración de la Maison Balenciaga, una selecta y magnífica exposición en la que se mezclan su faceta de Couturier con la menos conocida de coleccionista de moda.


Cerca de 80 piezas magníficamente expuestas que sintetizan de forma sublime la esencia del maestro y sus inspiraciones histórico-estéticas. Materia y forma en una línea continua que abarca desde el siglo XVIII al XX y anuncia la modernidad del siglo XXI, sin rupturas, pero siempre en evolución hacia la contemporaneidad.


Sorprende la delicadeza de los tejidos, la riqueza de los elementos ornamentales procedentes de la tradición española, la sencilla suntuosidad de elementos tradicionales convertidos en Alta Costura gracias a la sensibilidad estética y al manejo técnico del modisto. Como sorprende el armonioso diálogo entre inspiración y creación, entre tradición y contemporaneidad.

Encajes, bordados, incrustaciones, pasamanería, madroños, satenes, terciopelos, otomanes, casacas, boleros, toreras, capelinas, estolas, sobrecuellos, polisones, pero también formas libres y depuradas que anuncian la modernidad.


Una inteligente estrategia de la Maison Balenciaga, que ha comprendido bien el activo incalculable que suponen el nombre y el acervo de su creador como nota diferenciadora y garantizadora de prestigio, incluso si los más puristas alzan sus voces frente a la identificación del modisto con la deriva actual de la marca.

Así pasó con motivo de la Exposición "Balenciaga Paris"organizada por el Museo de las Artes Decorativas en 2006. La inclusión de algunas piezas de Ghésquière un tanto chocantes, y la presumible equiparación del trabajo del nuevo director artístico de la marca con el del Maestro levantaron ampollas entre los espíritus más celosos de la preservación del legado de Cristóbal Balenciaga. Y ello a pesar de las palabras de la comisaría de la Exposición, Pamela Golbin: " Hoy se puede decir que la marca Balenciaga asiste a un renacimiento gracias al trabajo de Nicolas Ghesquière. Hay efectivamente un avance en la plasticidad de los vestidos, tanto en los volúmenes y en la elección de los tejidos como en la descomposición y reconstitución de los vestidos. La obra de Ghesquière incorpora los códigos de la Maison y en cierto modo los hace suyos. Veremos lo que Nicolas Ghesquière va a proponer en el futuro para esta Casa mítica".


Los Directivos de Balenciaga, con François-Henry Pinault a la cabeza, saben bien que el legado de Cristobal Balenciaga es un activo cultural y de prestigio al que no pueden ni deben renunciar. En un país como Francia, en el que la moda no sólo forma parte del ADN nacional y es un elemento esencial del art de vivre, sino también parte fundamental de la imagen del país en el exterior y considerable fuente de ingresos procedentes de la exportación, "nacionalizar" y salvaguardar la obra de uno de sus máximos representantes es un acto de inteligencia cultural y empresarial.


Por eso, apoyar exposiciones como la organizada por el Museo Galliera, mediante el préstamo de vestidos y documentos propiedad de los archivos de la Casa, es una sabia decisión que aúna elementos de mecenazgo cultural y de estrategia de marketing, sin olvidar la colaboración Institución pública - empresa privada que tan bien se declina con acento francés. ¡Bien por Balenciaga!


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