martes, 15 de mayo de 2012

EL OLIMPO Y LA MODA

A un paso de las Olimpiadas que se celebrarán este verano en la capital inglesa, ha comenzado una competición paralela por ver quién viste más y mejor a los atletas que van a convertir a Londres, además de en Sede de los Juegos, en una pasarela esta vez sí, internacional.

Ralph Lauren, Stella McCartney, Giorgio Armani o Prada son algunos nombres que han presentado ya oficialmente su colaboración.







Es cierto que no se trata de un fenómeno del todo nuevo. No me refiero a la colaboración atleta-Moda, sino a la de las grandes Casas con empresas estratégicas de carácter nacional. Como no podía ser de otra manera, Francia es el mejor ejemplo como representante emblemática de la Moda. Las azafatas de Air France han tenido siempre el privilegio de ser vestidas por los grandes nombres del mundo de la Costura, desde Georgette Renal hasta Christian Lacroix, pasando por Dior, Balenciaga,  patoru, Carven, Ricci o Grès. Y la fiebre se contagió a otros países. En 1965 Emilio Pucci diseñó los uniformes de las azafatas de la americana Braniff Air. En los setenta el español Elio Bernhayer hizo otro tanto para Iberia, Aviaco y Transmediterránea; y una década después Armani diseño los uniformes de Alitalia.




Pero en un mercado cada vez más competitivo y globalizado en el que la necesidad de comunicación se vuelve planetaria, todo gran evento se convierte en un excelente escaparate de moda que multiplica el número de espectadores hasta límites inimaginables hace tan solo dos décadas. Y qué mejor acontecimiento que unos Juegos Olímpicos, ahora que los atletas hacen campañas publicitarias de todo tipo y se declaran adeptos a las tendencias. Ralph Lauren ha sido el primero que ha sabido aprovechar esta magnífica alfombra roja, dando a su famoso caballo un aire patriótico en los Juegos Olímpicos  de China en 2008 y en los de invierno en Vancouver en 2010.


Vancouver dio mucho de sí en lo que a Moda se refiere, con diseñadores como Vera Wang vistiendo a la patinadora Nancy Kerrigan, o Christian Lacroix a Surya Bonaly.




Ahora, Londres se anuncia como la consagración definitiva de la tendencia. Con una audiencia que debería superar con creces los 4.400 millones de telespectadores de China en 2008, las ceremonias de inauguración y de clausura de los Juegos son la mejor publicidad que ningún diseñador pudiera soñad y una puerta abierta para la ampliación de sus ramas de negocio hacia nuevos horizontes deportivos.  Porque los atletas son jóvenes, guapos, se interesan por la moda y no presentan ninguno de los inconvenientes de las celebrities del cine y de la televisión. Ya lo ha dicho Donna Karan, "Poseen la mejor forma física. Tienen estilo, gracia y una gran energía". 

En un mundo que proclama, aunque solo sea formalmente,  su preocupación por la vida sana, la solidaridad,  la filantropía y el medio ambiente, la vinculación al mundo deportivo es un palmarés adicional. Armani dixit: "Compromiso, entrega y sacrificio son valores importantes y son la clave del deporte y del ideal Olímpico", para a continuación pronosticar "Estos serán los Juegos Olímpicos más a la moda que jamás hayan existido".


martes, 8 de mayo de 2012

LA MODA Y EL MARKETING DE SI MISMO

Hoy quiero hablar de una noticia que está ya un poco pasada, porque en esto de la Moda, las noticias y las sorpresas son excesivamente perecederas.

El pasado mes de marzo Chanel lanzaba el bombazo: las imágenes de su nueva campaña del bolso Boy con Alice Dellal como protagonista. No voy a decir aquello de "os preguntaréis quién es Alice Dellal", porque siendo todos jóvenes, trendy y bien informados (que viene a ser lo mismo), la cuestión sobra.



La noticia, igual que sucediera en España con la nueva campaña de Loewe, ha hecho arder los blogs. Unos la encuentran aberrante y otros refrescante. Yo no sé bien qué pensar; o sí lo sé, pero no es de eso de lo que quiero hablar.

La imagen de la ex cuñada por partida doble de Carlota Casiraghi me ha hecho reflexionar (no demasiado, porque éste es un mal hábito en el que hay que evitar perderse en exceso) sobre el marketing de sí mismo y la industria de la Moda.

Porque si hay un fenómeno realmente novedoso y mediático en el mundo actual, éste es el de la existencia de un montón de jóvenes, mayoritariamente mujeres, que se han hecho famosos, o mejor famosísimas, sin que se sepa muy bien por qué. Ahora se llaman it girls.


Y sigo con Alice Dellal.

He tecleado en Google su nombre entrecomillado y encuentro 3.700.000 resultados (la tercera parte de los que aparecen para Mario Vargas Llosa); pero después de dos horas de búsqueda infructuosa, sigo sin saber cuáles son sus estudios ni a qué se ha dedicado. O mejor sí, se ha dedicado a elaborar y cultivar una imagen de sí misma que destaca por lo chocante y le permite diferenciarse dentro del mundo social en el que se ha criado y al que no ha renunciado. De ahí a convertirse en musa de marcas de moda como Mango o de fotógrafos como Mario Testino solo había un paso que ella ha sabido dar con excelente olfato empresarial. Ha creado su propia imagen de marca.



Ya lo decía Francis Montesinos: "Si no puedes ser elegante, sé extravagante". Y como eso de la extravagancia siempre ha sonado muy original y está mal definido, su búsqueda se convierte para algunos en una forma de diferenciación que puede dar buenos frutos.  Y si no, que se lo pregunten a Paris Hilton, con 147 millones de resultados en Google y un emporio económico fundamentado exclusivamente en sí misma y su imagen que haría babear de orgullo y satisfacción a su abuelo.


Y la Moda, que es un floreciente mercado basado en sueños pero anclado firmemente en realidades,  sabe interpretar y rentabilizar muy bien los cambios en los deseos e ilusiones de sus adeptos (que de una forma u otra lo somos todos, tampoco vamos a engañarnos). De manera que el marketing de sí mismo y el marketing de Moda confluyen y se complementan en un mismo objetivo: obtener los mejores beneficios. Esto lo sabe bien Karl Lagerfeld, que es un hombre inteligente que también cultiva magistralmente el marketing de sí mismo y las técnicas de comunicación. "Alice Dellal representa la perfecta encarnación de todo lo que es único acerca de la colección de bolsos Boy de Chanel, que se esfuerza por diferenciarse de las nociones conformistas de la feminidad".


No creo que mi madre esté muy de acuerdo con esta definición, pero mi madre, según ella, pertenece a una generación que no tiene problemas con su femineidad ni con su imagen porque, como dice "no hay que confundir la ética con la estética". En definitiva, que todo es una cuestión de marketing.

miércoles, 2 de mayo de 2012

LADY DIOR NOW AND FOR EVER


Y seguimos de Exposición. Esta vez es la casa Dior . Desde pasado 22 de abril y hasta el próximo 20 de mayo, Tokio toma el relevo de Shanghai y de Beijing como sede de  la exhibición Lady Dior as seen by. Una interacción entre Moda y Arte a través de la reinterpretación que conocidos artistas internacionales hacen del célebre bolso que catapultó a la fama Lady Di. 

Fotógrafos como Patrick Demarchelier, Peter Lindbergh, Annie Leibovitz, David Lynch o Bruce Weber, entre otros, o artistas como Daniel Arsham, Kohei Nawa y Olympia Scarry, dan su peculiar visión de un bolso mítico que se ha convertido en un emblema de la Casa. 


Lanzado a mediados de los noventa, durante el periodo en el que la dirección artística de la Maison estuvo confiada al italiano Gianfranco Ferré (el diseñador de las maravillosas camisas bancas), el bolso recogía una tradición presente en los gustos estéticos y culturales de Monsieur Dior, el entramado de rejilla de las sillerías francesas de los siglos XVIII y XIX, trasladado a la arquitectura moderna en las formas férreas de la Tour Eiffel o en las pasarelas metálicas del Centro Pompidou.




El resto es historia. Al igual que sucediera años antes con los bolsos Kelly y Birkin de Hermès, es una figura femenina carismática de la época quien lo eleva al Olimpo de los must.  En 1995 la princesa Diana de Gales, en el apogeo de su popularidad, acude a París a la inauguración de la Exposición sobre Cezanne en el Grand Palais. La esposa del entonces Presidente de Francia, Madame Chirac, elige como obsequio para la Princesa un novedoso bolso Dior que ella misma acostumbra a utilizar asiduamente. Lady Di hizo del bolso su complemento fetiche, contribuyendo de este modo a convertirlo en un objeto de deseo y en un  accesorio legendario vinculado para siempre a su imagen más glamurosa y mediática. ¿Fue pura coincidencia que el nombre del bolso fuera Lady y que a él se añadiera posteriormente el nombre de la Maison, cuya primera sílaba coincide con el diminutivo popular de la princesa?. Poco importa. El bolso unirá para siempre el nombre de la Maison y el de su Musa, en una sabia operación de marketing.


Pero el mundo de la Moda es un universo en perpetuo movimiento y efímero por definición. Por ello es necesario reinventar y revitalizar constantemente incluso sus elementos más emblemáticos, dándoles nuevos impulsos. En 2009 el Lady Dior, un tanto arrinconado por las jóvenes generaciones, recibió un renovado impulso con la nueva campaña lanzada por la Maison teniendo esta vez como imagen a la actriz francesa Marion Cotillard, magníficamente fotografiada por Peter Lindberg. Y el bolso recuperó un protagonismo acorde con el nuevo air du temps, en una magnífica declinación de originales colores y materiales (evolución esta que no es exclusiva de la Casa, ya que se observa en otras marcas emblemáticas como Hermès o Loewe). El resto forma parte del marketing de las marcas de moda; actrices jóvenes como Mischa Barton o Emma Roberts, o socialities como Paris Hilton o Dita Von Teese combinan los estilismos mas variopintos con todas las variedades imaginables del Lady Dior. Y el bolso que fuera signo del chic de las madres se convierte, por arte del marketing, en objeto de culto fashionista de las hijas, expertas en tendencias y avezadas conocedoras de las claves iniciáticas de lo it y lo out.





Al igual que la Moda, el marketing de Moda  tiene que estar atento a los comportamientos y tendencias sociales, para adaptar sus estrategias de actuación a los nuevos tiempos. Y la confluencia del Arte y la Moda ha demostrado en los últimos años ser un filón. El Arte es cool, ya sea por convicción o por esnobismo (hay un magnífico y ameno libro titulado "Histoire du snobisme", de Frédéric Rouvillois, Ed. Flammarion, que analiza con humor las diversas manifestaciones del esnobismo en Francia, perfectamente exportables a otros países). El marketing de Moda ha sabido explotar magistralmente este filón. 

El pionero fue Armani, con sus exposiciones en el Museo Guggenheim de Nueva York y de Bilbao. Y la tendencia se ha consolidado no solo en lo concerniente a exposiciones museísticas, sino también con la colaboración de artistas variopintos con las casas de Moda.  Recordemos, por citar solo un ejemplo, la colaboración de Murakami con Vuitton. Ahora es el turno de Dior, que con esta Exposición no solo consolida su imagen y su presencia en los importantes y crecientes mercados chino y japonés, sino que vincula un bolso mítico en su clasicismo con el arte de vanguardia y con los deseos transgresores (dentro de unos códigos preestablecidos) de jóvenes generaciones con alto poder adquisitivo. De ahí a que las cifras de ventas del Lady Dior se multipliquen solo hay un paso, el que media entre su exhibición pública por las nuevas musas de la Moda (o mejor de las tendencias) y su conversión en objeto de deseo para las numerosas seguidoras de éstas.









martes, 24 de abril de 2012

VUITTON - JACOBS: Una colaboración fructífera

Desde el 9 de marzo y hasta el 16 de septiembre, el Museo de las Artes Decorativas de París acoge una Exposición consagrada a  la marca francesa de lujo Louis Vuitton y a su director creativo Marc Jacobs.


Dejando a un lado las habituales críticas relativas al encaje de una personalidad novedosa y a veces controvertida en el periplo creativo de una Casa centenaria y tradicional, la Exposición no deja de ser un nuevo logro en la estrategia publicitaria de una marca que, a pesar de ser un tanto despreciada en los círculos parisinos más elitistas debido a su pretendida "vulgarización", arrasa en los mercados internacionales.

Creada en 1854 por un artesano maletero especializado en la fabricación de embalajes, que le dió su nombre, la empresa puso de manifiesto desde el principio su capacidad para anticiparse a las demandas del mercado al especializarse en "embalaje de Moda". Decisión visionaria que anticipaba el desarrollo y el éxito fulgurante de la Alta Costura parisina, con la que comparte las técnicas artesanales y el esmero en los detalles. A la utilización inicial de telas impermeabilizadas (toile Trianon) y a la personalización de las maletas con las iniciales o los escudos de armas de sus propietarios, se añaden las pieles rayadas, los dameros (Damier) y el célebre Monograma LV.


Pero Vuitton supo también desde el principio hacer uso de lo que hoy se conoce como técnicas de marketing y publicidad, al presentar sus modelos en la sección de "artículos de viaje" de las grandes Exposiciones Universales de finales del siglo XIX, y al aprovechar el deseo innato de toda clase social emergente de diferenciarse como grupo social a través de los signos externos de riqueza. Y supo anticiparse a su tiempo al intuir que lo que hoy llamamos Moda abarca mucho más que la Alta Costura de su época, extendiéndose a todo tipo de complementos y accesorios, incluídos los bolsos de viaje y las maletas.

Los cambios en la sociología del consumo y la existencia de unos mercados cada vez más globalizados determinaron, durante la segunda mitad del siglo XX, la necesaria integración de las marcas de lujo en grandes conglomerados empresariales, únicos capaces de asegurar su supervivencia, así como la diversificación de la producción, sin olvidar por ello su especialización inicial.


Es en este contexto actual y competitivo en el que se inscribe la importancia creciente de los directores creativos de la marca, cabeza visible y mediática de todo un equipo de profesionales. El propio Marc Jacobs, director artístico de Louis Vuitton desde enero de 1997, lo reconoce así al definirse como "un diseñador que trabaja en el seno de un equipo de diseñadores". Y es igualmente en este contexto de cambio del sistema de la Moda en el que alcanza su pleno sentido la Exposición del Museo de las Artes Decorativas, al unir la imagen de la marca y su fundador  con los imperativos actuales de la Moda. Dos maneras complementarias, en definitiva, de innovar y de hacer avanzar una industria que tiene necesariamente que adaptarse a su época si quiere pervivir en el tiempo.





martes, 17 de abril de 2012

Esencia de BALENCIAGA

Con motivo del 40 aniversario del fallecimiento de Cristobal Balenciaga, el Museo Galliera de Paris ha organizado, con la colaboración de la Maison Balenciaga, una selecta y magnífica exposición en la que se mezclan su faceta de Couturier con la menos conocida de coleccionista de moda.


Cerca de 80 piezas magníficamente expuestas que sintetizan de forma sublime la esencia del maestro y sus inspiraciones histórico-estéticas. Materia y forma en una línea continua que abarca desde el siglo XVIII al XX y anuncia la modernidad del siglo XXI, sin rupturas, pero siempre en evolución hacia la contemporaneidad.


Sorprende la delicadeza de los tejidos, la riqueza de los elementos ornamentales procedentes de la tradición española, la sencilla suntuosidad de elementos tradicionales convertidos en Alta Costura gracias a la sensibilidad estética y al manejo técnico del modisto. Como sorprende el armonioso diálogo entre inspiración y creación, entre tradición y contemporaneidad.

Encajes, bordados, incrustaciones, pasamanería, madroños, satenes, terciopelos, otomanes, casacas, boleros, toreras, capelinas, estolas, sobrecuellos, polisones, pero también formas libres y depuradas que anuncian la modernidad.


Una inteligente estrategia de la Maison Balenciaga, que ha comprendido bien el activo incalculable que suponen el nombre y el acervo de su creador como nota diferenciadora y garantizadora de prestigio, incluso si los más puristas alzan sus voces frente a la identificación del modisto con la deriva actual de la marca.

Así pasó con motivo de la Exposición "Balenciaga Paris"organizada por el Museo de las Artes Decorativas en 2006. La inclusión de algunas piezas de Ghésquière un tanto chocantes, y la presumible equiparación del trabajo del nuevo director artístico de la marca con el del Maestro levantaron ampollas entre los espíritus más celosos de la preservación del legado de Cristóbal Balenciaga. Y ello a pesar de las palabras de la comisaría de la Exposición, Pamela Golbin: " Hoy se puede decir que la marca Balenciaga asiste a un renacimiento gracias al trabajo de Nicolas Ghesquière. Hay efectivamente un avance en la plasticidad de los vestidos, tanto en los volúmenes y en la elección de los tejidos como en la descomposición y reconstitución de los vestidos. La obra de Ghesquière incorpora los códigos de la Maison y en cierto modo los hace suyos. Veremos lo que Nicolas Ghesquière va a proponer en el futuro para esta Casa mítica".


Los Directivos de Balenciaga, con François-Henry Pinault a la cabeza, saben bien que el legado de Cristobal Balenciaga es un activo cultural y de prestigio al que no pueden ni deben renunciar. En un país como Francia, en el que la moda no sólo forma parte del ADN nacional y es un elemento esencial del art de vivre, sino también parte fundamental de la imagen del país en el exterior y considerable fuente de ingresos procedentes de la exportación, "nacionalizar" y salvaguardar la obra de uno de sus máximos representantes es un acto de inteligencia cultural y empresarial.


Por eso, apoyar exposiciones como la organizada por el Museo Galliera, mediante el préstamo de vestidos y documentos propiedad de los archivos de la Casa, es una sabia decisión que aúna elementos de mecenazgo cultural y de estrategia de marketing, sin olvidar la colaboración Institución pública - empresa privada que tan bien se declina con acento francés. ¡Bien por Balenciaga!


miércoles, 11 de abril de 2012

Raf Simons en DIOR

Desde la salida de John Galliano de la firma francesa,  ha sido su entonces ayudante Bill Gaytten quien ha dirigido su estudio de diseño durante un largo año de especulaciones acerca de quién sería su sucesor. Marc Jacobs ha sido el nombre que ha sonado con más fuerza, pero la negociaciones y acuerdos no llegaron finalmente a buen puerto. 
Y por fin, tras doce meses de incertidumbre, el pasado lunes se publicaba la tan esperada noticia en The New York Times:  la casa Dior por fin tiene un nuevo director artístico, Raf Simons.

El diseñador Belga, que cuenta con su propia linea de ropa masculina desde 1995, fue hasta hace unos meses el director creativo de la firma Jill Sanders (propiedad del grupo Prada), donde debutó como diseñador de ropa femenina. La marca alemana destituía a Simons para dejar su puesto en manos de la fundadora de la firma del mismo nombre, Jill Sanders.


Desde la muerte de su fundador en 1957, el trono del diseño de la firma Dior ha sido ocupado sucesivamente por Yves Saint Laurent, Marc Bohan, Gianfranco Ferré y John Galliano. Durante los quince años que pasó al frente de la firma, Galliano impulsó Dior hacia lo más alto, devolviéndole la imagen de emblema de una Couture francesa exhuberante, sofisticada y rica en el manejo de las formas, la técnica y los tejidos. Pero la presencia de Galliano en Dior estuvo también acompañada, en ocasiones, de cierta polémica y de disensiones con los propietarios de la firma. El bochornoso e inaceptable incidente protagonizado por el genial diseñador en un café de París, en el que fue filmado en notable estado de embriaguez profiriendo insultos y manifestaciones antisemitas fue la gota que colmó el vaso y determinó la fulminante expulsión del diseñador.


Tras el anuncio de la designación de Simons como sucesor de Galliano, muchos se preguntan cómo resultara el nuevo traspaso de poderes, y la fusión entre la concepción minimalista de la moda y de la feminidad del nuevo Delfín y la imagen mucho más suntuosa del Dior tradicional, que tan magistralmente supo reinterpretar y actualizar Galliano.

El recién llegado ya ha manifestado su posición al respecto:  "Mi objetivo es un Dior muy moderno, pero al final del día, siempre miro al pasado". "Me uno a la magnífica casa Dior, con el mayor respeto a su tremenda historia, su conocimiento y su destreza sin igual".
La firma se ha mostrado contenta e ilusionada ante la llegada del diseñador belga; "Va a inspirar e impulsar en el siglo XXI el estilo que Monsieur Dior lanzó desde la apertura de su casa y que ha cambiado, desde su primera colección, los códigos de la elegancia mundial".

A tenor de estas declaraciones, estamos a punto de asistir a una renovación de estilo e imagen de la prestigiosa firma. Para confirmarlo habrá que esperar hasta la presentación de la próxima colección de Dior Haute Couture en París, el próximo mes de julio. Esperamos que Raf Simons ratifique las esperanzas puestas en esta nueva etapa de la Maison y nos deleite con su colección, como digno sucesor de sus predecesores.


miércoles, 4 de abril de 2012

The Carrie Diaries

Hace unos días se daba a conocer la noticia; Carrie Bradshaw, protagonista de la serie Sexo en Nueva York vuelve a las pantallas de televisión, pero esta vez, en versión joven. La precuela de la afamada serie será protagonizada por Anna Sophia Robb, quien será la encargada de dar vida a Carrie Bradshaw en sus locos años de instituto. En esta adaptación televisiva del libro The Carrie Diaries de Candance Bushnell, la protagonista vivirá sus primeros amores y su paso de niña a mujer, y comenzará a hacerse las primeras preguntas sobre el sexo.


Desde sus inicios, la serie se caracterizó tanto por el hecho de contar con cuatro mujeres que hablaban de sexo sin tapujos, como por ser un escaparate vivo de las tendencias marcadas por las grandes firmas de moda. Y es que, siendo realistas, una gran parte de su éxito se ha debido a los impresionantes y extravagantes modelos que llevan sus protagonistas, y en especial Carrie.
Carolina Herrera, Dior, Prada, Oscar de la Renta, Vivienne Westwood o Dolce & Gabanna son algunas de las firmas presentes en el vestuario de las protagonistas, pero sobre todo hay que resaltar la relevancia dada por la serie al diseñador Manolo Blahnik y sus famosos "manolos", que han vestido a la protagonista de la serie, Sarah Jessica Parker, tanto delante como detrás de las cámaras. La serie y su protagonista han sido los encargados de hacer a esta firma de zapatos, más popular de lo que ya era. Sexo en Nueva York, en todos sus formatos, más que que un producto de calidad por su línea argumental; es un auténtico desfile de moda y una lección de estilismo a cargo de Patricia Field.


Desde que protagonizara la serie Sexo en Nueva York, Sarah Jessica Parker se convirtió en un icono de la moda para un público más bien adulto. Con la entrada en escena de Anna Sophie Robb, quizás sea el momento de llegar a un target más juvenil, acorde con otro estilo de vida; un recurso muy rentable, como ya lo fue en su día la serie original, tanto para la cadena de televisión como para las marcas que lucen las protagonistas.


Como seguidora de la serie, confio en que esta precuela, pueda situarse a la misma altura de la seis temporadas de la serie "original" y no se quede a mitad de camino como, a mi parecer, lo hicieron sus dos adaptaciones a la gran pantalla. Si no se da el caso, y asistimos ante el estreno de una serie para adolescentes alejada de su esencia de la original, hay que confiar en que al menos nos podamos deleitar con nuevos estilismos y nuevos desfiles de lo mejor de las grandes firmas; y por supuesto, que no falten los "manolos".



martes, 27 de marzo de 2012

Pop-Up Stores

Las Pop-up stores son una nueva forma de atraer al consumidor; tiendas temporales que actúan como publicidad para las marcas que las ponen en marcha.

Esta modalidad de tiendas invierten grandes sumas de dinero en diseño y tienden a estar ubicadas en las mejores zonas de las ciudades. Al tratarse de un fenómeno de carácter temporal que intenta atraer la atención del público, las estructuras de estas "tiendas efímeras" suelen ser de lo más originales y creativas.
El propio concepto lo es, ya que su pretensión no es ni mucho menos comercial, si no que buscan impactar al consumidor, ofrecer una experiencia exclusiva con la marca. En otras palabras, es una iniciativa basada en el "boca a boca" que genera una gran expectación y ayuda a la imagen de marca.
Estas tiendas-anuncio tienen su origen en Londres, pese a ser Nueva York la ciudad donde más han proliferado y en la que han alcanzado mayor éxito.
Muchas son ya las marcas que empiezan a adentrarse en este campo, no sólo en el mundo de la moda. El fenómeno ha llegado también a España, donde comienzan a emerger con fuerza.

El pasado verano, aprovechando el Festival de Cannes, la marca de lujo Louis Vuitton se unió a esta iniciativa abriendo, a poco metros de la tienda permanente de la marca, una pop-up store  inspirada tanto en la Riviera francesa como en el mundo del cine.


Durante el presente mes de marzo y hasta el 1 de abril, Christian Louboutin y sus característicos zapatos de suela roja han tenido su espacio en los almacenes Selfridges de Londres. Con motivo del 20 aniversario del lanzamiento de su marca el diseñador, además de reeditar 20 de sus icónos, ha creado un espacio de lujo y voluptuosidad con unos escaparates acordes con esta imagen en pleno Oxford Street.



En España, uno de los pioneros cuyas "tiendas efímeras" han tenido más fuerza, ha sido Custo Dalmau con su firma Custo Barcelona. El pasado Noviembre se lanzó con un "Pop-Up Store Tour" por ciudades como Lleida, Sevilla, Barcelona, Madrid o Zaragoza.



En definitiva, espacios en los que se puede disfrutar de una experiencia de compra distinta  y donde se reúne toda la filosofía de una marca. Una iniciativa exclusiva para que el comprador se sienta más cerca de la marca. 

Como consumidora, ¡me quedo con estas experiencias!